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Saint Maud


★★★★☆



Título en España
Saint Maud

Dirección
Rose Glass

Reparto
Morfydd Clark
Jennifer Ehle

Año
2019

Duración
1h 24min

Género
Drama
Thriller
Terror

El sorprendente primer largometraje de la guionista y realizadora Rose Glass, Saint Maud, es una visión escalofriante y audazmente original de la fe, la locura y la salvación. Bebiendo de las fuentes de referencia del género y con una fascinante actuación a cargo de su actriz protagonista (Morfydd Clark), este trabajo se convierte por méritos propios en uno de los estrenos más electrizantes del 2020.


Rose Glass (Chelmsford, Reino Unido, 1990) se educó en colegios católicos ingleses. Tras completar sus estudios de cine, una inquietante idea comenzó a rondar su cabeza: la de una persona que descubre la fe al escuchar la voz de Dios dentro de ella. Antes de Saint Maud, la realizadora había dirigido Room 55 (2014), un corto sobre una reprimida ama de casa de los años cincuenta que sufre un despertar mientras se hospeda en un extraño hotel. En Saint Maud, su protagonista femenina experimenta también un despertar. En este caso, religioso.

Recientemente convertida al catolicismo después de una traumática experiencia, la joven y solitaria ex-enfermera Maud (Morfydd Clark) entra a trabajar como cuidadora en la casa de Amanda (Jennifer Ehle), una retirada bailarina avant-garde que padece un linfoma terminal. Movida por voces que solo ella puede oír, Maud está convencida de que Dios la ha escogido para salvar el alma de su libidinosa cliente/paciente. Conforme transcurren los días, Maud empieza a desarrollar una obsesiva y turbadora relación con Amanda, en tanto que más detalles sobre el pasado de la joven comienzan a ser revelados.


Si Room 55 recuerda a obras de referencia como Psicosis y El Resplandor, en Saint Maud las comparaciones con El Exorcista y Carrie resultan inevitables. Tonalmente, la directora Glass se inspira en Repulsión (Repulsion, 1965) y La Semilla del Diablo (Rosemary’s Baby, 1968), de Roman Polanski; también en los trabajos de Ingmar Bergman, Como en un espejo (Såsom i en spegel, 1961) y Persona (1966). En la manera de representar el fervor y éxtasis religioso, Saint Maud evoca asimismo a La Pasión de Juana de Arco (The Passion of Joan of Arc, 1928) y Los Demonios (The Devils, 1971), de Ken Russell.

A través de un efectivo y brillante guion, Rose Glass nos muestra un personaje principal neurótico, contradictorio y poco fiable en el que conviven la arrogancia y el autodesprecio. Encerrada en sí misma, Maud es compleja y desordenada, y con una versión personal y única de la fe que la conduce a la desintegración de la realidad. No sorprende que para construir su carácter, Glass se inspirara en Travis Bickle, el personaje de Robert De Niro en Taxi Driver (1976), de Martin Scorsese.


Saint Maud representa, sin duda, una de las sorpresas del año y un sobresaliente debut para la que es ya una nueva y prometedora voz en el cine británico de autor


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Al igual que en Room 55, Saint Maud destaca por su cuidado apartado visual y absorbente ritmo a fuego lento donde el menos es más. Aquí contribuye el elegante trabajo del director de fotografía Ben Fordesman (The End of the F***ing World, 2017), atrapándonos en la mente de Maud mediante el empleo de claustrofóbicos encuadres. Los sorprendentes efectos visuales, en su mayoría prácticos y dosificados a lo largo de la película, sobrecogen al mostrar los, a veces orgásmicos, otras veces desgarradores, pero siempre increíblemente físicos, ataques de éxtasis de la protagonista. 


Situar la acción en una pequeña localidad costera en lugar de en la gran ciudad añade otra dimensión a Saint Maud, la del aislamiento. Rodada en los paseos y callejones de Scarborough, en el noreste de Inglaterra, junto con los interiores de una imponente vivienda eduardiana en el barrio de Highgate, Londres, las localizaciones ayudan a infundir en la película una lúgubre y retraída atmósfera en la línea de la narrativa gótica de la autora Shirley Jackson.

Insinuante, estremecedora en ocasiones, y mordaz en otras, Saint Maud es, a la par, un drama humano y thriller psicológico con acentos de terror, donde el fanatismo religioso, la libertad sexual femenina —que ya tratara Rose Glass en Room 55—, así como la soledad y la salud mental son explorados. Saint Maud representa, sin duda, una de las sorpresas del año y un sobresaliente debut para la que es ya una nueva y prometedora voz en el cine británico de autor.(FIN)

︎  Alberto Serna








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